domingo, 30 de octubre de 2016

Felicita' a momenti e futuro incerto

Llovió como avisaban los satélites. A media hora para la carrera descargó la tormenta tropical. No es una lluvia cualquiera, es un jarreo de litros y litros que se acumulan en la pista y hacen imposible el pilotaje. La carrera se retrasó en dos ocasiones. 15 minutos, 5 minutos; ajustando porque a cada retraso se echa encima la amenaza de la falta de luz. El circuito, reasfaltado recientemente, facilita el drenaje pero no el secado de la pista. El reasfaltado ofrece un grip inusual en mojado, pero propone una curva nueva, la 15, la última, que pasa a estar contraperaltada!

En medio de esta tensión, apremiados por la lluvia, con gente entrando y saliendo de la parrilla... la retransmisión ofrece un grafismo descolocador, imposible, parece un error: Márquez elige correr con frenos de carbono, los que se usan en seco, los que necesitan 600 grados de temperatura para frenar. Smith también toma esa decisión. Tras la carrera Rossi dice que Brembo debe mejorar los frenos de hierro porque no sujetan la moto. Así que Márquez vuelve a lo suyo incluso con la pista llena de agua, la frenada. Y de alguna manera eso le expone ante sí mismo, porque vuelven las caídas; esta vez en la curva once, complicadísima, hay que frenar con la moto tumbada y la pista en bajada, con la película de agua sobre el asfalto... bam! al suelo. Del mismo modo que se cae corre a por la moto, vuelve a pista y acaba undécimo. Es Campeón del Mundo, pero Honda quiere ganar equipos y constructores y Crutchlow se había caído también y la moto de Pedrosa la lleva Aoyama. Jack Miller, que había recibido una charla  tremenda de Nakamoto en el previo, finaliza octavo. Hay que apuntar estas cosas porque luego siempre llega la pregunta de por qué renuevan a tal o cual piloto.

Ganó Dovi, se cayó Iannone (que volvía después de cuatro carreras ausente). Mantuvo el misil en las rectas y lo hizo girar dulce sobre el agua. Rossi fue segundo. En la carrera y en el Mundial. Por tercer año consecutivo, subcampeón. También hay que anotar estas cosas porque tiene 37 años y no es que esté en su peterpanismo particular, es que va a ser protagonista hasta el final. No cede. No deja de trabajar. No afloja.

Se acaba el triplete, que ha sido una trituradora mental y física para los pilotos. Llega Valencia, con todos los títulos del Mundo adjudicados, con el cansancio acumulado de la temporada. Un Gran Premio de despedidas y colores nuevos. Jorge a Ducati, Maverick a Yamaha, Pol a KTM, Aleix a Aprilia, Bautista a Honda privada... Donde miremos habrá alguien que se va. Pero no nos podrá la melancolía. Felichitá a momenti e futuro incherto: Tonino Carotone

domingo, 23 de octubre de 2016

Pánico en la 4

"Cuando vi que Marc se caía en la curva 4 y que me ponía lider de carrera me entró miedo porque yo llevaba el mismo neumático duro delante y me dediqué a frenar suave cada vez que pasaba por allí, porque hace dos años también me caí en esa curva cuando llevaba 10 segundos de ventaja sobre el segundo. Frenaba suave pero a la vez sabía que no podía bajar el ritmo porque si no se enfriaba el neumático, así que me centré en mantener el ritmo; podía bajar en los tramos en los que hacía sol, y apretaba cuando había nubes porque sabía que si no la temperatura del neumático caería."

Así se pilota en Phillip Island; mirando las nubes y el asfalto, yendo suave y rezando en algunos puntos para que la moto siga en pie: en concreto en la curva 4, la primera gran frenada sobre el perfil derecho después de 4 grandes virajes a izquierdas, recta de meta y viento cruzado.

Lo explicaba Crutchlow nada más ganar la carrera, viendo cómo Márquez se cayó delante de él, un puñado de metros por delante. Marc reconoció que había sido error suyo, al frenar un poco más tarde e intentar obligar a la moto a cerrar la trazada. En Phillip Island hay que ir rápido y suave. Eso es así.

Ganó Crutchlow, remontó Rossi desde la decimoquinta posición para acabar segundo, y remontó Viñales desde la decimotercera posición para acabar tercero (Aleix Espargaró se cayó delante de él, también en la cuatro). Y Lorenzo... Jorge salió decimosegundo y acabó sexto, a 20 segundos del ganador y 6 por detrás de Pol Espargaró. Aparentemente perdido, en OFF, como si hubiese echado la persiana ya a esta temporada y sólo le interesara vestirse de rojo. Podría llegar a Ducati como el mejor piloto de Yamaha, tres veces campeón del mundo... pero tal vez haya decidido que prefiere ahorrarse esfuerzos. No es su estilo ni su pose, pero quién sabe. Si ese fuera su plan habrá más gente mirando a Maverick sobre la M1 que a él sobre la Desmosedici.

sábado, 22 de octubre de 2016

Phillip Island advierte: Esto no va a ser fácil

Apenas dos líneas. Llueve; sale el sol; hay viento fuerte; descarga otra vez; vuelve a salir el sol; el viento sigue soplando desde el océano. Aparece una masa de nubes negra en dirección al circuito. La qualy (Q2) comienza con sol radiante y con los radares lanzando el mensaje de heavy rains coming. En Phillip Island la pista se seca rápido. Pero aún seca hay charcos fuera de la trazada.

Con este panorama Márquez monta slicks, como si fuera una mañana soleada de sábado para salir a pasear. Lleva la moto por la línea, evita los charchos, inunda la pantalla de tiempos de parciales en rojo, casi saca de la pista a Barberá, en una acción propia de carrera. Adelanta por fuera a Jorge Lorenzo en una pasada que roza la humillación. Pole.

Le siguen Crutchlow y Pol Espargaró. El británico en su salsa, Pol detrás de su hermano.

Y Jorge? Y Valentino?

Jorge, con sus demonios reunidos todos en Phillip Island: condiciones cambiantes y lluvia, humedad. Le pasó Márquez de aquella manera, pero también Petrucci, y Pol Espargaró. "Ha sido un desastre total". Horas después, en redes sociales, ya recompuesto: "confiado en hacer una gran salida mañana [p12] y después dar el 100% en carrera!"

Valentino [p15]: "Ha habido unas condiciones muy difíciles, creo que la pista se ha secado y mojado unas diez veces." Nunca fue rápido, no pasó el corte de la Q1. En la sala de prensa Marc, Crutchlow y Pol le justifican: "parece que siempre eligió los neumáticos que no tocaban. Ha sido una cuestión de mal timing, pero el domingo será rápido."

Me encanta esta foto. Supongo que será de Jaime Olivares. Retrata perfecto el sábado de Phillip Island.



domingo, 16 de octubre de 2016

Polvo en la pantalla, Marc es campeón.

Como en un sueño extraño primero se cayó Valentino Rossi; polvo en la pantalla. Valentino miraba el ordenador, con la telemetría de esa curva... y parecía no entenderlo. Tenía la cara del veterano, extrañado y resignado, como el que sabe que estas cosas con posibles y que es inútil cabrearse. A falta de cinco vueltas otra vez polvo en la pantalla. Jorge en la grava. Márquez fue Campeón del Mundo ganando en un circuito en el que nunca lo había hecho y de la manera más inesperada, con sus dos rivales en el suelo. Celebró de la manera más auténtica, exultante ante la victoria y sorprendido por el momento. Como si no contase con que apareciera la ola buena a esa hora de la mañana.

La carrera comenzó con un intercambio de adelantamientos sensacional entre Marc y Valentino. Cinco en dos vueltas. Según contó Marc en sala de prensa vio que Rossi le adelantaba de manera extraña, percibió nerviosismo en el italiano, y decidió tirar aún más fuerte para tensar la cuerda. Se puso primero y ya nadie pudo darle caza. Cuando vio en la pizarra el Lorenzo KO bajó el ritmo, hizo una vuelta equivocándose varias veces con las marchas... y eso le puso en la pista de que no debía perder la concentración. Ganó y fue campeón.

Desde fuera nos podemos imaginar el trabajo tremendo de ser campeón con una moto que empezó siendo más lenta que Yamaha, Ducati y Suzuki. Con Nakamoto pidiéndole errores cero. Y con el niño deseando derrapar, frenar como un bestia, y pilotar salvaje. Todo eso lo ha puesto en orden y le ha dado el sentido adecuado. Ha acabado campeón con tres carreras aún por disputar.




sábado, 15 de octubre de 2016

64. 64. 64.

Jorge Lorenzo el sábado. Palo muy serio, highside y la espalda de plano al asfalto. Helicóptero. Hospital. TAC. Vuelta al circuito. Primera línea. Tremendo. "Antinflamatorio, pastilla contra el dolor, el calor de la moto y la adrenalina" es la receta del #99

Rossi, con la referencia de Maverick, saca una pole inesperada con un tiempazo. El único piloto por debajo de 1'44. Casi no festeja en parque cerrado. No es domingo.

Márquez va con las cuchillas de patinar en hielo. Saca primera fila también, detras de Rossi.

Los tres llevan 64 poles en su carrera deportiva en la categoría reina. Nakamoto saluda efusivo a Crutchlow, el primer privado en parrilla mañana, en el circuito de Honda.

lunes, 10 de octubre de 2016

El desajuste de Piqué

Evitemos el relato del tipo de camiseta y las magas que cortó. Centrémonos en el momento en el que el jugador se encuentra con el seleccionador nacional y éste le dice algo mientras caminan hacia el vestuario después del partido. La cámara tiene el ángulo perfecto porque se ve de espaldas a Lopetegui y de cara a Piqué. Incluso cuando no lo sabe Piqué está de cara. Es curioso el destino. El gesto del jugador revela que no se está creyendo lo que le dicen. Una especie de quééé? 

Lo siguiente es una foto de grupo en el vestuario tras la victoria.

Y lo siguiente Piqué vestido de calle, duchado, con la camiseta de Sergio Ramos en la mano. Va caminando con los pasos del que quiere pedir una explicación para soltar un cabezazo a mitad de frase. Sin embargo no va a pedir explicaciones sino a darlas. Las da. El tono es de hartazgo y pereza porque la otra opción sería mandar a tomar por culo a todo el mundo. A todo el mundo? Quién es todo el mundo? Aquí está el lío.

Todo se montó en twitter, donde los cazadores apretaron rápido el gatillo nada más ver esas mangas cortadas, sin la bandera.

Pero la pregunta es: cómo un tipo acostumbrado a la presión en un deporte de élite y máxima exposición; cómo un tipo que encabezó mucho tiempo el ranking de la actividad en redes sociales; un cerebro acostumbrado a filtrar odios, de repente estalla y hace pública una decisión que ya tenía pensada, irse de la Selección en 2018.

Se desajustó la conexión entre la máquina y la vida. La maquinita que llevamos en el bolsillo; la maquinita en la que metemos tantos datos privados, en la que transcurren tantas conversaciones íntimas. A la que dotamos de una importancia desmedida. Es casi nuestro disco duro externo... y sin embargo le concedemos una puerta gigante al exterior con twitter. De modo que en nuestro bolsillo aparece gente que no nos interesa... y que trae dosis pequeñitas de veneno. El desajuste es tragarnos ese veneno. Pero quiénes son? Qué poder les concedemos? Ese es el desajuste. En nuestra maquinita. Esa gente entrando en nuestro cerebro?

Normalmente ya es nuestro cerebro el que ajusta la situación prácticamente en modo automático. Si no, exite otro resorte: la vida, nuestro entorno, el grupo. El grupo te sostiene; los de tu misma profesión, los que saben qué hay en juego. Y aquí hubo otro perfil de desajuste. El mensaje no lo leyó Piqué en su maquinita. Lo escuchó por boca del jefe del grupo: te están poniendo a parir, se ha montado un lío gordo con lo de las mangas cortadas. Quééé?

Entró en juego el protocolo del bar, el de la calle. Voy, le digo de qué va, y si puedo le meto. Pero en ese camino no había nadie a quien decirle nada porque estaban en la maquinita. Así que sólo pudo enseñar la camiseta de Ramos, las mangas cortadas, enseñar que no había bandera y que por tanto no pudo cortar símbolo alguno. Y lo único que le quedaba por decir era lo que tenía tan guardado en su disco duro: "dejaré la selección en 2018, tras el Mundial".