viernes, 12 de febrero de 2021

Sergio Maravilla Martínez

un día rutinario. mañana de viernes. entrenamiento suave, el primero del día. gimnasio pequeñito, madera, crujen las bigas que sujetan los sacos cuando golpea Sergio Maravilla Martinez, 45 años, "bueno, en unos días 46". vale, 46 años. "hay que decir ya 46". me deja entrar para ver el entrenamiento pero como cada vez que me acerco al boxeo lo que me sorprende es el sonido. el grito cortado justo en el momento del impacto. la reververación que se queda en el aire, el chorro de aire y sudor que sale por la nariz después de la serie. está pegando con guantes de 18 onzas.

se mete en el ring con un chaval de veintipocos, que le ordena ejercicios. "Sergio era mi ídolo y el día más grande de mi vida fue cuando vino a entrenar aquí; yo soy asistente, le entrena Tinín, pero a veces no está y me quedo yo. un día le dije: Sergio, cállate y pega al saco. te imaginas? a Maravilla Martínez!" 

hace un poco de sombre para soltar. me dice un amigo: "cuando haces sombra estás peleando contra un rival imaginario. te montas tu película; ves? le esperas, tiras, le engañas, te mueves. te flipas un poco. para ser bueno hay que fliparse un poco." 

acaba el entrenamiento. se quita las cintas de las muñecas, que caen al suelo como serpentina. se ducha. sale: botas negras, vaquero negro, camiseta negra, cazadora negra, mascarilla negra. "ya estoy. aquí está un señor mayor con gafas; vamos a comer?"

-cuando noqueas a alguien se siente como si metes una botella en una bolsa, y al pegarle, el cristal estalla y cae. es así. pum.

-en el boxeo siempre estás en la incertidumbre, nadando sin luz, pero al final aparece. aparece ese combate que te saca de repente. mientras tanto debes trabajar sin descanso para apretar, para que sea imposible no verte. estoy. estoy. estoy. y te tienen que llamar!

-la distancia está en las piernas.

-mcgregor perdió con mayweather? se llevó 30 millones de dólares. no creo que perdiera.

le digo: oye, cuando estabas haciendo sombra, si pongo la cara en uno de esos golpes que tirabas... me partes el pómulo, no? me dice: si no estás preparado para el golpe te puedo lastimar, sí; te puedo lastimar.

 


 


sábado, 6 de febrero de 2021

La epopeya del Dakar 2021

 

Sara García y Javi Vega son pareja y desde hace tres años compiten juntos en el Dakar, en la categoría de motos sin asistencia. Ruedan a la par en cada etapa, ayudándose en la navegación, el pilotaje y cualquier problema que surja. El primer Dakar, en Perú (2019), sólo lo acabó Javi. Sara no pudo completarlo por avería mecánica. En 2020, ya en Arabia Saudí, por fin lo acabaron. Han repetido en 2021 pero la epopeya que vivieron en la última etapa representa una gesta humana de resistencia, empuje y determinación difícilmente igualable. Estamos habituados a escuchar a los deportistas de élite mundial que la clave del éxito es la fortaleza mental. El otro día tuve la ocasión de entrevistar a Sara y Javi. Escuchar la historia de lo que les pasó es impactante; pero leído es sobrecogedor y emocionante a partes iguales. Aquí está la transcripción de lo que me contaron en un relato ordenado a dos voces. Comienza a 30km del final de la última etapa. Zona de dunas.



Sara García: Él normalmente va detrás de mí, porque yo soy la que va más despacio. Así él se puede acoplar a mi ritmo porque para mí es imposible seguir el suyo. Justo cuando entramos en las dunas él me pasó por izquierda. Pensé: Bueno, como quedan 30 km, seguro que se quiere desfogar y disfrutar esos 30 km abriendo gas. La verdad es que por lo izquierda había muchas cintas de peligro, que yo no había visto en ninguna otra etapa. Dije:Vaya cristo debe haber montado por ahí.


Javi Vega: Al entrar en los últimos 30 km no sé si te empiezas a relajar o quieres disfrutar de lo que queda. Estábamos en una zona de dunas y como siempre entré en esa duna un poco de lado, levanté la rueda y vi que debajo había otra duna. Me agarré fuerte para chocarme contra ella. Caí contra la chepa, con tan mala suerte que se me escurrió el pie de la estribera. Choqué contra el asiento y de rebote salí disparado. Salí catapultado. Me quede en el suelo ko. Me quede sin respiración, intentando que me entrase el aire, y mientras tanto la moto tirada. Se me hizo eterno.


SG: Yo decidí irme por las lomas de las dunas, por la zona más fácil para mí. Y se me quedó la moto en una de las subidas. La etapa anterior había sufrido una caída en la que me abrí la rodilla.Iba con una herida hasta la rótula, cerrada con grapas. Y a la moto se le había roto el arranque eléctrico. Cada vez que tenía que dar una patada era imposible. Así que cuando se me paraba la moto necesitaba que Javi o alguien que viniera por detrás me la arrancase, porque yo con las grapas en la rodilla no podía.

Así que tenemos a Javi y Sara incomunicados entre ellos. Él, caído casi sin poder respirar y Sara atrapada en una duna sin poder arrancar la moto. En ese momento Javi no lo sabe, pero se ha roto el esternón y nueve costillas; y tiene una hemorragia interna.


JV: Un piloto llegó y me pregunto qué tal estaba, y yo no podía ni hablar. Al final le dije, si me levantas la moto… y justo llamaron desde París. Porque cuando la moto se inclina tiene un sensor que avisa a la organización y te llaman desde París. Me preguntaron: ha pasado algo? Yo les dije, no, no, estoy reparando. Me preguntaron: cuánto tiempo necesitas para la avería.Yo les dije: 10 minutos.

Según me monté en la moto para hacer el kilómetro y medio de dunas que quedaba me quedé atrapado en las siguiente duna. Llegó otro piloto y le dije, por favor, me he caído, me puedes sacar la moto de aquí? Me la sacó. Me quedé descansando un poco y aparecieron unos niños preguntándome si quería agua. Les dije que no, pero la verdad es que no me entraba mucho aire, tenía la respiración muy cortada, estaba jadeando... y esos niños avisaron a la organización. Vino un helicóptero y yo intenté disimular. Pero la verdad es que tuve un poco de trifulca. Me puse serio y le dije: Mira tío, llevo 7000 km, el road book dice que sólo me queda un kilómetro y medio de dunas y luego todo pista. Y él me decía: si no te puedes ni mover, levanta el brazo! Yo no podía mover el brazo, de hecho tenía que colocarme la mano derecha encima del acelerador con el otro brazo. El del helicóptero me decía: Si te montas ahora en 10 metros sé que voy a tener que volver a recogerte. Estuvimos un rato hablando, y al final le dije: por favor, déjame seguir. Al final, abriendo gas y remando con las piernas logré hacer ese kilómetro y medio de dunas. 

 

SG: Me quedé esperando a que llegase Javi, pero sin embargo llegaron los chavales que le habían ofrecido agua. No me podían ayudar a arrancar la moto porque iban descalzos. Yo les preguntaba: oye, un chico que va vestido como yo, el 99, ha pasado? Y ellos me contestaban que si. Empecé a hacer señales de ayuda. Y vino el comisario del helicóptero. Me consiguió arrancar la moto. Los chicos me volvieron asegurar que Javi había pasado, y yo lo di por normal porque sólo quedaban 30 km. Aunque había algo que no me cuadraba porque él siempre, aunque vaya por delante, si yo no llego para y a veces se da la vuelta para ver qué me ha pasado.


En este momento, cada uno por su lado, acaban el tramo durísimo de dunas; Sara, que obviamenteha ido más rápido, está por delante de Javi, que creía que lo "peor" ya había pasado.


JV: Según llegué a la pista paré a descansar y al levantar la mirada vi que había uns roderas tremendas de arena suelta... y unas piedras negras como melones. Mientras estaba descansando me empezaron a adelantar coches, camiones, y pensé: como me meta en la pista no podré apartarme para dejarles pasar. A todo esto llegaron unos amiguetes, un español y un portugués. Y gracias a ellos, que me fueron escoltando, pude hacer esos 30 km. Se me cayó la moto tres o cuatro veces.Yo miraba la moto en el suelo y pensaba: es que no me puedo ni agachar, esto es inviable. Me dieron unas por unas pastillas para el dolor, y bueno, yendo de pie, apoyando la rodilla en depósito, echando el peso al otro lado... iba tirando. Un poco locura.

El chico que iba con nosotros, el portugués, me decía todo el rato: te sabe la boca sangre? Si te sabe la boca sangre, ahora sí que paramos, y llamamos a helicóptero. Yo me iba chupando, iba probando la saliva por dentro y no notaba nada. Pero sí es verdad que si hubiera notado sabor a sangre, habría parado.


SG: Sabía que había un check point a 15 km, así que dije: voy hasta allí y ahí preguntaré. Me dicen que no habían apuntado los dorsales y entonces no sabían si Javi había pasado o no. Así que dije, voy hasta el siguiente que está a 5 km. Yo iba destruida de la rodilla, me dolía todo. Sólo quería llegar. El tío que había en ese check point, sí estaba apuntando los dorsales. Miró y me dijo que el 99 no había pasado.Yo no sabía que hacer, no sabía si volver 20 km atrás hasta la zona donde había perdido a Javi. Pero la meta estaba a 10 km y allí tienen las balizas y el seguimiento a tiempo real. Yo me hice mi película y pensé que a Javi se le había roto la moto, así que decidí llegar a meta y que me informasen.

En meta me dijeron que se estaba moviendo pero muy lento y que iba acompañado por otros dos pilotos.Estaba segura de que se le había roto la moto. Y que los dos pilotos, como eran de la cuadrilla,le estaban siguiendo por si tenía algún problema más, para ayudar a remolcar la moto o lo que fuera.


Cuando llegó el piloto indio que le había asistido en la duna, me dijo: Javi se ha dado una hostia como un pan. Yo no sabía que hacer, y además me sentía super mal porque él siempre ha hecho en la carrera para ayudar a que llegase. Y ahora que él me necesitaba yo no estaba allí. Sólo quería verle llegar. Y la verdad es que cuando llegó, no sé si has visto el video, se desploma. Dije: mierda. Yo le vi jodido, aunque contento por haber acabado. Pero me puse a agilizar lo de la ambulancia junto a los otros dos pilotos que le acompañaron. Dijimos: este va a acabar sí o sí. Y ahí empezamos los 140 km de ruta del bacalao.


JV: Cuando por fin acabé el tramo de pista, en la meta, me di cuenta de que eso no acaba ahí. Aun quedaban 140 km de enlace. No quería parar. Tenía que seguir como fuera. Pero me hicieron parar, había una ambulancia. Me obligaron a hacerme una revisión. Empezaron a tocar el bazo, el estómago, la cadera, todo. (Interrumpe Sara) Le retuvieron bastante tiempo, pero entre todos hicimos presión, dijimos: Si ha hecho así 30 km de pista, tiene que acabar. Le quedan 140 km de carretera y se merece acabar.



JV: En el enlace, fui todo el rato de pie, apoyado en el lado izquierdo. Me enchufé 120,125 km/h. 130! Quería llegar como fuera. Sí, he recibido algún mensaje de gente que me dice que he arriesgado demasiado. Al final no lo sé, llevas dos semanas tan metido en el ajo, y queda tan poquito, además vas con tu compañera que no sabes si estaba adelante o atrás.... la adrenalina. El no quedarte frío. Al final no piensas que tienes tanto. Ahora estoy contento, llevo dos días que me puedo levantar solo de la cama. Puedo ir al baño solo, que es un buen paso psicológico. Pero sí, han sido seis días de UCI... De pañales y de pasarlo mal. 

En rrss Sara escribió: este jabato & servidora damos por finalizada la infinita etapa 13 😅 después de 6 días en la UCI, 19 horas de viaje & 11 cambios de camilla... estamos en 🇪🇸! no puedo creerme que hayamos llegado ✈️ Ha sido realmente duro ver al titán de @javivega_freeskier sufrir tanto pero... ya estamos aquí.  A los pocos días, en el cumpleaños de Sara, Javi contestó: Hoy le toca cumplir años a mi heroína!!! 🎉🎊 33 castañas y soy tu fan numero uno, he sentido en mis carnes tu día a día , lo que te esfuerzas y sacrificas. Sigue así , todo lo que te propongas lo conseguirás y si me dejas un hueco a tu lado me encantaría verlo!! 💪🏻 

Si queréis ver la entrevista entera podéis hacerlo en mi cuenta de instagram (@nicoabad) o en formato podcast en spotify (Esto va solo)