domingo, 21 de abril de 2013

Baby Márquez

Aquí le llaman así: Baby Márquez. No el periodismo, ni los sponsors, ni la mercadotecnia. Le llama así la afición. Las cosas son simples en EEUU. El más rápido es el que va a la foto del cartel. Y si tiene cara de niño se le llama baby y se acabó. Baby Márquez sonríe. Se ha puesto en medio de Lorenzo y Pedrosa para la foto de la pole. Por la mañana se había caído. Derrapa atrás, corrige, se cruza la rueda de delante y la moto le lanza al aire; cae en la zona de escapada de la curva y va resbalando hasta las piedras; allí queda de rodillas, clava los codos, y se encoje. Cuánto aire hay dentro del casco? Se levanta y cojea. Le perdemos de vista. La siguiente secuencia está en el box. Se sienta, enérgico, en la silla esa de director de cine que hay en los boxes. Baby Márquez está. Y en el momento de la clasificación sale de los últimos y comienza a rodar rápido. Cuando este chico va rápido lo que se ve es un misil que va por donde él quiere en el último milímetro posible. Es un poco como si cabalgase en ese misil. Y Zas. Crono. Zas. Crono. En Marzo, en unos tests, fue ya el más rápido en el circuito texano y ahora el último clic de crono muestra una cifra que pulveriza lo de Marzo. Ciao al invierno. Llega el calor. 2,03,0algo. Marc Márquez. En el box Alzamora, su team manager, ríe con el jefazo japonés de Honda. En el filo de esa risa está la velocidad del niño.
Mañana, 21 vueltas. En la salida escuchará el motor de Pedrosa a la izquierda, y más allá el del campeón del mundo, que lo tiene claro: "Ellos tienen la presión de ganar y puede haber errores. Mi primer objetivo es no caerme".

1 comentario:

  1. sigue sin engancharme el motociclismo.. Pero me encanta como cuentas las cosas. Gracias ;)

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