jueves, 28 de enero de 2016

la vida en marte

Había salido con la mirada de hielo y comenzó a matarlo sin piedad. 6-1, 6-2. Blue Monster Djokovic. A Federer, 34 años 4 hijos, Mirka sin saber qué hacer ni qué decir en el palco.
Marte estaba ahí abajo. Federer resolvió que sólo podía morir yéndose a la red y ahí se comenzó a abrir la persiana. Le rompió el servicio al monstruo y en plena resurrección le devolvió una dejada cruzando la bola. Un tipo en silla de ruedas se levantó para celebrar el punto. Ganó el set Roger. Cerraron el techo por si se ponía a llover y en el parón un chica se levantó a mostrar una pancarta: "Me acabo de casar pero estoy dispuesta a cambiarlo por Federer." Más o menos. Son cosas de la vida en Marte.
El cuarto set fue caminar hasta la playa. El monstruo dominaba el paisaje.


la vida en marte

sábado, 9 de enero de 2016

Lo simple es cruel

Esto es reducir la mucho la salsa, pero si el jugador mira al banquillo y ve al entrenador anotando en el libreta... sabe que esas notas se las van a leer. Si mira y ve a Zidane...

A veces las cosas, de tan simples, le ponen un punto de crueldad e injusticia a las situaciones, pero... Los mexicanos dicen: si no está para ti, ni aunque te pongas; y si está para ti, ni aunque te quites.

Tampoco es el día para medir al jugador, porque cualquier cambio de entrenador mete en escena un periodo de hacer méritos que se transforma en todos bajan, todos meten la pierna, todos ofrecen un desmarque; pero miremos a la grada. La grada ha reaccionado con nitidez al mensaje de Zidane. Venimos a disfrutar, no a examinar, no a castigar. A Cristiano le han aplaudido cada remate, y no ha metido ni uno. Donde antes había duda ahora hay fiesta. En uno de los primeros remates de Cristiano el portugués se ha disculpado con un compañero. El realizador de la tv lo ha repetido en superslow.

A Zidane ya se le ha pasado lo de la "felicidad está en la antesala de la felicidad". Esos tres días que pasó dirigiendo al equipo sin tener que tomar ninguna decisión. Hasta el día de la lista. Hasta el momento de la alineación. Hasta el partido. Ahora la realidad empezará a sumar y a restar en la balanza. Se acabó la felicidad; toca ser entrenador del Real Madrid. Pero los jugadores, de alguna manera, empiezan a ver que la foto de un triunfo con Zidane de traje en la banda tiene mucha fuerza. Y van a colaborar.

viernes, 8 de enero de 2016

Benítez vs Zidane

Con el paso de los días los matices se van y las líneas argumentales se simplifican. Aún así cada uno conserva detalles de lo sucedido sin saber muy bien por qué.

En realidad son detalles de lo que se vio de lo sucedido. Por ejemplo, Benítez saliendo de Madrid por la terminal ejecutiva de Barajas rumbo a Liverpool, como si no soportara un minuto más en la capital. Tal vez le esperase familia o buenos amigos o buenos abogados o buenos algo en Liverpool. Pero aquí no se quedó. Dejó una carta agradeciendo la oportunidad. Un gracias por haberme dejado que me tumbase en la cama del faquir, sin nombrar una sola vez al presidente, el mismo que le despidió públicamente con 23 segundos de alocución. En sólo 10, días antes, había dicho lo del problema y la solución, en un juego de nombres y palabras semejante al de los trileros. Decía problema y solución y escondía la bolita roja con el nombre de Rafa Benítez.

Zidane sólo lleva una z como identificativo en el chandal. En la presentación se hizo la foto con toda la familia: la mujer y los hijos. Benítez, en su día, sólo llevó a la mujer. ¿Por qué llevan ahora a las familias a la foto? ¿Hay algún tipo de mensaje? Es un "estos son los míos de verdad"; o un "mirad: con esta la familia me iré cuando este señor de las gafas me eche." Hasta ahora es un enigma.

Zidane, en su alocución, hizo una paradinha. Parecía que iba a acabar... pero siguió y remató diciendo que intentaría ganar algo esta temporada. Ganar algo. Ese algo es: lo que sea. Algo. Ese algo dicho en Enero parece oxígeno puro para Mayo. Algo.

Luego vimos sonrisas en el entrenamiento. Coincidió con el día previsto de puertas abiertas en navidad, pero la foto quedó como un vuelve la ilusión. En realidad todo se reduce a eso. Dónde se pone la ilusión: hay gente que la pone en el control: a mi me controlan, que controlen a esos cabrones, que los hagan trabajar como a mi, que no les pasen una, que no se crean los amos del cotarro; mano dura, látigo. Y por supuesto, que ganen. El fútbol como espejo y venganza de la propia vida. Otra gente pone la ilusión en el disfrute: Pago una entrada, voy a ver a mi equipo, que tiene jugadores buenos, algunos extraordinarios. Voy a ver qué hacen hoy. No quiero comprender, quiero disfrutar. Quiero volver a casa caminando sin pisar tierra. El fútbol como placer.

Los del control no soportan a los entrenadores que dejan el fútbol a los futbolistas. Quieren pizarra y estadística, porque es justamente lo que jode fastidia al jugador. A los del disfrute les jode arruina el domingo el de la estadística y la pizarra; el que trabaja para neutralizar y acaba por perder. La vida va así. En el Madrid el presidente, este presidente, escucha al que más grita. Y los cambios se precipitan, se suceden de proa a popa, de frio a caliente, de blanco a negro y vuelta a empezar.

Hace poco escuché a Sergio Scariolo decir que el trabajo de entrenador tiene dos partes: gestión y entrenamiento. Y que siendo igual de importantes, se deben ejecutar en ese orden. Primero es: qué tengo, cuál es el organigrama de mis jugadores... y luego cómo preparo el partido. Los entrenadores de la estadística y la pizarra suelen creer que va bien preparar primero el partido, tal vez porque conozcan mejor los movimientos del rival que las taquillas de sus propios jugadores. Pero esto es un opinión totalmente gratuita.