Sara García
y Javi Vega son pareja y desde hace tres años compiten juntos en el
Dakar, en la categoría de motos sin asistencia. Ruedan a la par en
cada etapa, ayudándose en la navegación, el pilotaje y cualquier
problema que surja. El primer Dakar, en Perú (2019), sólo lo acabó
Javi. Sara no pudo completarlo por avería mecánica. En 2020, ya en
Arabia Saudí, por fin lo acabaron. Han repetido en 2021 pero la
epopeya que vivieron en la última etapa representa una gesta humana
de resistencia, empuje y determinación difícilmente igualable.
Estamos habituados a escuchar a los deportistas de élite mundial que
la clave del éxito es la fortaleza mental. El otro día tuve la
ocasión de entrevistar a Sara y Javi. Escuchar la historia de lo que
les pasó es impactante; pero leído es sobrecogedor y emocionante a
partes iguales. Aquí está la transcripción de lo que me contaron
en un relato ordenado a dos voces. Comienza a 30km del final de la última etapa. Zona de dunas.
Sara García: Él normalmente
va detrás de mí, porque yo soy la que va más despacio. Así él se
puede acoplar a mi ritmo porque para mí es imposible seguir el suyo. Justo cuando
entramos en las dunas él me pasó por izquierda. Pensé: Bueno, como
quedan 30 km, seguro que se quiere desfogar y disfrutar esos 30 km
abriendo gas. La verdad es que por lo izquierda había muchas cintas
de peligro, que yo no había visto en ninguna otra etapa. Dije:Vaya
cristo debe haber montado por ahí.
Javi Vega: Al entrar en los últimos 30 km no sé
si te empiezas a relajar o quieres disfrutar de lo que queda.
Estábamos en una zona de dunas y como siempre entré en esa duna un
poco de lado, levanté la rueda y vi que debajo había otra duna. Me agarré
fuerte para chocarme contra ella. Caí contra la chepa, con tan mala
suerte que se me escurrió el pie de la estribera. Choqué contra el
asiento y de rebote salí disparado. Salí catapultado. Me quede en
el suelo ko. Me quede sin respiración, intentando que me entrase el
aire, y mientras tanto la moto tirada. Se me hizo eterno.
SG: Yo decidí irme
por las lomas de las dunas, por la zona más fácil para mí. Y se me
quedó la moto en una de las subidas. La etapa anterior había
sufrido una caída en la que me abrí la rodilla.Iba con una herida
hasta la rótula, cerrada con grapas. Y a la moto se le había roto
el arranque eléctrico. Cada vez que tenía que dar una patada era
imposible. Así que cuando se me paraba la moto necesitaba que Javi
o alguien que viniera por detrás me la arrancase, porque yo con las
grapas en la rodilla no podía.
Así que tenemos a Javi y Sara incomunicados entre ellos. Él, caído casi sin poder respirar y Sara atrapada en una duna sin poder arrancar la moto. En ese momento Javi no lo sabe, pero se ha roto el esternón y nueve costillas; y tiene una hemorragia interna.
JV: Un piloto llegó y me pregunto qué tal
estaba, y yo no podía ni hablar. Al final le dije, si me levantas la
moto… y justo llamaron desde París. Porque cuando la moto se
inclina tiene un sensor que avisa a la organización y te llaman
desde París. Me preguntaron: ha pasado algo? Yo les dije, no, no,
estoy reparando. Me preguntaron: cuánto tiempo necesitas para la
avería.Yo les dije: 10 minutos.
Según me monté en la moto para hacer
el kilómetro y medio de dunas que quedaba me quedé atrapado en las
siguiente duna. Llegó otro piloto y le dije, por favor, me he caído,
me puedes sacar la moto de aquí? Me la sacó. Me quedé descansando
un poco y aparecieron unos niños preguntándome si quería agua. Les
dije que no, pero la verdad es que no me entraba mucho aire, tenía
la respiración muy cortada, estaba jadeando... y esos niños
avisaron a la organización. Vino un helicóptero y yo intenté
disimular. Pero la verdad es que tuve un poco de trifulca. Me puse
serio y le dije: Mira tío, llevo 7000 km, el road book dice que sólo
me queda un kilómetro y medio de dunas y luego todo pista. Y él me
decía: si no te puedes ni mover, levanta el brazo! Yo no podía
mover el brazo, de hecho tenía que colocarme la mano derecha encima
del acelerador con el otro brazo. El del helicóptero me decía: Si
te montas ahora en 10 metros sé que voy a tener que volver a
recogerte. Estuvimos un rato hablando, y al final le dije: por favor,
déjame seguir. Al final, abriendo gas y remando con las piernas
logré hacer ese kilómetro y medio de dunas.
SG: Me quedé
esperando a que llegase Javi, pero sin embargo llegaron los chavales
que le habían ofrecido agua. No me podían ayudar a arrancar la moto
porque iban descalzos. Yo les preguntaba: oye, un chico que va
vestido como yo, el 99, ha pasado? Y ellos me contestaban que si.
Empecé a hacer señales de ayuda. Y vino el comisario del
helicóptero. Me consiguió arrancar la moto. Los chicos me volvieron
asegurar que Javi había pasado, y yo lo di por normal porque sólo
quedaban 30 km. Aunque había algo que no me cuadraba porque él
siempre, aunque vaya por delante, si yo no llego para y a veces se da
la vuelta para ver qué me ha pasado.
En este momento, cada uno por su lado, acaban el tramo durísimo de dunas; Sara, que obviamenteha ido más rápido, está por delante de Javi, que creía que lo "peor" ya había pasado.
JV: Según llegué a la pista paré a
descansar y al levantar la mirada vi que había uns roderas tremendas
de arena suelta... y unas piedras negras como melones. Mientras
estaba descansando me empezaron a adelantar coches, camiones, y
pensé: como me meta en la pista no podré apartarme para dejarles
pasar. A todo esto llegaron unos amiguetes, un español y un
portugués. Y gracias a ellos, que me fueron escoltando, pude hacer
esos 30 km. Se me cayó la moto tres o cuatro veces.Yo miraba la moto
en el suelo y pensaba: es que no me puedo ni agachar, esto es
inviable. Me dieron unas por unas pastillas para el dolor, y bueno,
yendo de pie, apoyando la rodilla en depósito, echando el peso al
otro lado... iba tirando. Un poco locura.
El chico que iba con nosotros, el
portugués, me decía todo el rato: te sabe la boca sangre? Si te
sabe la boca sangre, ahora sí que paramos, y llamamos a
helicóptero. Yo me iba chupando, iba probando la saliva por dentro y
no notaba nada. Pero sí es verdad que si hubiera notado sabor a
sangre, habría parado.
SG: Sabía que
había un check point a 15 km, así que dije: voy hasta allí y ahí
preguntaré. Me dicen que no habían apuntado los dorsales y entonces
no sabían si Javi había pasado o no. Así que dije, voy hasta el
siguiente que está a 5 km. Yo iba destruida de la rodilla, me dolía
todo. Sólo quería llegar. El tío que había en ese check point, sí
estaba apuntando los dorsales. Miró y me dijo que el 99 no había
pasado.Yo no sabía que hacer, no sabía si volver 20 km atrás hasta
la zona donde había perdido a Javi. Pero la meta estaba a 10 km y
allí tienen las balizas y el seguimiento a tiempo real. Yo me hice
mi película y pensé que a Javi se le había roto la moto, así que
decidí llegar a meta y que me informasen.
En meta me dijeron que se estaba moviendo pero muy lento y que iba acompañado por
otros dos pilotos.Estaba segura de que se le había roto la moto. Y
que los dos pilotos, como eran de la cuadrilla,le estaban siguiendo
por si tenía algún problema más, para ayudar a remolcar la moto o
lo que fuera.
Cuando llegó
el piloto indio que le había asistido en la duna, me dijo: Javi se
ha dado una hostia como un pan. Yo no sabía que hacer, y además me
sentía super mal porque él siempre ha hecho en la carrera para
ayudar a que llegase. Y ahora que él me necesitaba yo no estaba
allí. Sólo quería verle llegar. Y la verdad es que cuando llegó,
no sé si has visto el video, se desploma. Dije: mierda. Yo le vi
jodido, aunque contento por haber acabado. Pero me puse a agilizar lo
de la ambulancia junto a los otros dos pilotos que le acompañaron.
Dijimos: este va a acabar sí o sí. Y ahí empezamos los 140 km de
ruta del bacalao.
JV: Cuando por fin acabé el tramo de pista, en la meta,
me di cuenta de que eso no acaba ahí. Aun quedaban 140 km de enlace.
No quería parar. Tenía que seguir como fuera. Pero me hicieron
parar, había una ambulancia. Me obligaron a hacerme una revisión.
Empezaron a tocar el bazo, el estómago, la cadera, todo. (Interrumpe
Sara) Le retuvieron bastante tiempo, pero
entre todos hicimos presión, dijimos: Si ha hecho así 30 km de
pista, tiene que acabar. Le quedan 140 km de carretera y se merece
acabar.
JV: En el enlace, fui todo el rato de pie,
apoyado en el lado izquierdo. Me enchufé 120,125 km/h. 130! Quería
llegar como fuera.
Sí, he recibido algún mensaje de gente
que me dice que he arriesgado demasiado. Al final no lo sé, llevas
dos semanas tan metido en el ajo, y queda tan poquito, además vas
con tu compañera que no sabes si estaba adelante o atrás.... la
adrenalina. El no quedarte frío. Al final no piensas que tienes
tanto. Ahora estoy contento, llevo dos días
que me puedo levantar solo de la cama. Puedo ir al baño solo, que es un
buen paso psicológico. Pero sí, han sido seis días de UCI... De
pañales y de pasarlo mal.
En rrss Sara escribió: este jabato & servidora damos por finalizada la
infinita etapa 13 😅 después de 6 días en la UCI, 19 horas de viaje
& 11 cambios de camilla... estamos en 🇪🇸! no puedo creerme que
hayamos llegado ✈️ Ha sido realmente duro ver al titán de @javivega_freeskier sufrir tanto pero... ya estamos aquí. A los pocos días, en el cumpleaños de Sara, Javi contestó: Hoy le toca cumplir años a mi heroína!!! 🎉🎊 33
castañas y soy tu fan numero uno, he sentido en mis carnes tu día a día ,
lo que te esfuerzas y sacrificas. Sigue así , todo lo que te propongas
lo conseguirás y si me dejas un hueco a tu lado me encantaría verlo!!
💪🏻
Si queréis ver la entrevista entera podéis hacerlo en mi cuenta de instagram (@nicoabad) o en formato podcast en spotify (Esto va solo)