domingo, 30 de junio de 2013

Y ahora, dónde está el límite?


Hablé con uno de los médicos que estuvo en la operación de clavícula de Jorge Lorenzo. El piloto ya había dicho a la prensa: No estoy loco;
Los pilotos no somos gente loca, somos gente de sensibilidad, tenemos que sentir la moto para no rebasar los límites; 
si yo hubiera visto que mi condición física ponía en peligro al resto de pilotos no habría corrido; me caí por mi ambición; 
lo de hoy es increíble, sí, para mí también lo es; 
en la salida me concentré, me dije que tenía que salir con valentía para adelantar a los otros pilotos; 
sabía que las fuerzas me durarían sólo hasta cierto punto; a partir de la vuelta 7 comencé a sentir mucho cansancio en mi parte izquierda y ya sólo pude pilotar con la derecha y eso sabía que me pasaría factura; 
esto supera lo de los tobillos de China, sí; 
es la primera vez que he llorado encima de la moto y luego en el box, con la ovación del equipo; lloraba de dolor y de emoción

Tal vez las respuestas más sentidas de toda su carrera, palabras pronunciadas con orgullo y un sentimiento de: aquí estoy contándoos esto. Cuando enfiló el recuerdo de la ovación en su box volvió a emocionarse, se le quedó la respiración cortada.

El hecho es que 28 horas después de salir de un quirófano en Barcelona para operar una rotura compleja de clavícula con desplazamiento, después de que le pusieran ocho tornillos y una placa de titanio y viajara de vuelta a Assen, el piloto pasaba reconocimiento médico para hacer el warm up. Probó dos motos, cada una con una posición distinta de manillar. Esas motos, el día de la caída, se preparaban ya para el GP de Alemania, pero a última hora volvieron a poner los motores previstos para Assen, por si el piloto decidía correr. Completó toda la sesión de warm up y volvió a las 11 de la mañana a la clínica para que le dieran el fit para la carrera. 35 horas después de salir de quirófano soltaba el embrague y abría gas para adelantar en los primeros virajes a 3 pilotos y rodar noveno. Pocas vueltas después rebasaba a Cal Crutchlow, el #35, en un adelantamiento de peso y poderío. Llegó a rodar cuarto, acabó quinto, y al entrar al box su equipo le dedicó una ovación larga, sostenida, llena de emoción y lágrimas, una ovación que pareció durar minutos, de una admiración infinita por la proeza. En la salida Wilko Zelemberg, su team manager, había dicho: su trabajo es pilotar al límite y hoy va a estar más cerca que nunca de sobrepasarlo. La ovación en el box se mezclaba con la locura de la tribuna saludando el triunfo de Rossi, el 106 de su carrera, de vuelta il dottore. Así va la vida. Éxitos y proezas robándose los aplausos...

Tras la carrera Jorge Lorenzo atendió a la prensa en su hospitality, con el brazo izquierdo en cabestrillo. Dijo todo lo de antes. Cuando terminó me fui directo a ese médico. No puedo comprender lo que ha pasado, le dije. Y entonces él habló y habló en un relato afinado y contundente. Me dijo: "Cuando le vimos aquí nuestro mensaje fue que aunque se operase rápidamente iba a ser casi imposible que estuviese listo para la carrera. Y como le dijimos casi, él se agarró ahí. A partir de ese momento todo lo que hizo fue esperar para ver cómo resultaban las cosas. Decidió operarse rápidamente y su equipo encontró la manera de hacerlo. Cuando se despertó comenzó ya a trabajar con su fisio. Si mantienes el músculo activo tienes muchos beneficios porque la circulación sanguínea hace, entre otras cosas, que la medicación sea más efectiva. Como vio que estaba mejor de lo que pensaba decidió volver a Assen. Cuando estuvo aquí dijo: dormiré y a ver qué tal mañana, pero seguía encontrándose mejor de lo que esperaba y probó la movilidad del brazo... Todo se iba haciendo así. Él llevaba la iniciativa de las decisiones, su equipo le apoyó en todo momento, no recibió ningún tipo de presión... Un detalle: sus asistentes le llevaron sushi a la habitación en Barcelona para que comiera algo. Le encanta el sushi, y esos pequeños detalles le alejaban de la preocupación y la presión. Todo ha ido saliendo bien paso a paso hasta llegar al momento de la carrera.."

Le pregunté qué había sentido cuando vio a Jorge encima de la moto a las 9:40 de la mañana del sábado. Resopló antes de contestar: "una satisfacción enorme porque has ayudado a alguien a realizar su sueño; pero no porque sea Jorge Lorenzo, esto nos pasa con muchos pilotos. Cada uno de los que viene a pedirnos ayuda y gracias a eso consigue montarse en la moto... es una satisfacción tremenda"

Qué más se puede decir. Se puede hablar de una lucha extrema por cazar puntos para volver a ser campeón del mundo. Se pueden buscar otras aproximaciones, más testimonios. Pero todo está en las lágrimas del box. En esa eclosión emocional de dolor y satisfacción. ¿Dónde ha llevado el límite?  ¿Dónde ha llevado el listón de la profesionalidad, la ambición, el umbral de dolor? Esos pequeños pasos cuando la situación era CASI imposible... ¿Qué grado de coraje, orgullo y valentía le atribuimos?  ¿Qué más puede pasar? ¿Cómo caminarán ahora sus rivales? ¿Y él? Lorenzo ha protagonizado una gesta inconmensurable. El 29 de Junio de 2013.


viernes, 28 de junio de 2013

"Volvemos a Assen"


El Mundial de MotoGP 2013 está siendo excesivo en todo. Excesivo desde la llegada del #93, que arrebata titulares de prensa desde el primer día a todo el alto estatus de la categoría reina: records de velocidad punta, records de precocidad con victoria incluída (Austin), caídas duras y recuperaciones milagrosas (Mugello)... pero hoy, en Assen, el circuito que te recibe con el lema: Bienvenido a la Catedral de la Velocidad, hemos vivido una mañana histórica en la que un rumor como un hilo de seda ha ido tomando cuerpo, ha ido creciendo, cogiendo vuelo... hasta llegar a las seis y veinte de la tarde, cuando tras la ventanilla del copiloto de un coche saludaba Jorge Lorenzo, el #99.

Caída a 224km/h porque “me veía muy fuerte, pasé por esa curva con demasiada confianza”. Rotura de clavícula izquierda con desplazamiento. No hay quirófano disponible en Assen. Vuelo en jet privado a Barcelona. Operación de 2AM a 4AM, ocho tornillos y una placa de titanio en un hueso que ha se había quebrado en otras cuatro ocasiones. Duerme. Despierta y lanza un comunicado a través de su equipo: “Volvemos a Assen”. Es decir, sin cumplirse siquiera 12h de post-operatorio se embarca en un vuelo. Groningen. Assen. Llega aturdido y va directo a su motorhome. Saluda con una sonrisa a quien se le cruza por delante. Varios miembros de su equipo se abrazan en la puerta del camión. Ha llegado y quiere correr. 

Le espera un reconocimiento médico mañana a las 8 de la mañana, que consistirá en comprobar la movilidad del brazo, el dolor en la zona y la fuerza. Le mandarán hacer unas flexiones. Cuentan que en el momento de las flexiones el piloto las hace con el brazo bueno, sólo apoyando el malo... y si el médico se lo cree, va p’alante. Luego deberá enfundarse un mono (a primera hora del mediodía se encargó uno especial que llega desde Italia. Unas versiones dicen que se trata de un dos piezas –la chaquetilla se pone con más facilidad – y otras que se trata de uno muy usado que deja más hueco para que entre el hombro dañado). Y entonces se verá frente a la M1, una bestia de 160kg, 1000cc y 240cv. Y el circuito de Assen, claro. Y salir desde la duodécima posición en la parrilla. Y la lluvia si llueve y el viento si lo hace y el dolor y la infiltración (posible peligro de infección) y ya lo que venga si tiene que venir. Es acojonante. Quiere correr. Ese es el deseo. Y el deseo puede con todo, el deseo es un hilo de seda que coge vuelo y se transforma en dragón si quiere. Jorge quiere correr. Quiere subirse en la M1. Quiere. Quiere. En el peor de los casos quiere decir: yo he venido hasta aquí con todo lo que llevo encima y no me dejan subirme en la moto. Yo soy el Campeón del Mundo que defiende su título.

Ahora tenemos side stories. Hubo un rumor por la tarde en el paddock. Cada equipo tiene cinco motores para todo el Mundial. A Yamaha parece que no le salen las cuentas y cree que deberá abrir un sexto motor para llegar al final del Campeonato. Eso conlleva una sanción. Si abres un motor más, el piloto sale desde la última posición. El rumor es que Jorge habría vuelto a Assen para abrir ese sexto motor, salir último, bajarse de la moto en la primera curva y ya tiene sanción cumplida y motor nuevo. Cuando se lo pregunté a Ramón Forcada, jefe de mecánicos, soltó una carcajada. Cuando se lo pregunté a Wilco Zelemberg, team manager de Jorge, dijo: "no cambiamos 12 puestos por un motor".

Más: el resto de pilotos. Crutchlow, pole por primera vez en su carrera: Esta pole no tiene todo el mérito porque no estaba Jorge en pista. Si mañana se sube a la moto será mi héroe. Yo también lo haría si tuviese un equipo con la estructura para que me llevase a casa a operarme y me llevase de vuelta al circuito. Márquez, segundo clasificado –después de una caída con fractura de meñique mano derecha y pulgar pie izquierdo y golpazo en hombro y espalda: A mí me resultaría imposible subirme en la Honda al día siguiente de una operación de clavícula. En una Yamaha no sé, no la conozco. Bradl, tercero en la parrilla: no sé, yo opino como ellos.

La cita es mañana Sábado. Cuentan que el párroco de un pueblo cercano a Assen dijo: por delante de mi Iglesia no pasa una carrera de motos en Domingo o haré que baje la ira de Dios. Y entonces se corrió en Sábado. Mañana es Sábado. Mañana Jorge quiere correr. Por el párroco no hay problema.




jueves, 27 de junio de 2013

238 km/h

Miércoles, rueda de prensa oficial GP Iveco TT Assen, Jorge Lorenzo: Estoy muy fuerte, en el mejor momento de mi carrera.

Jueves, segunda sesión de entrenamientos. Lluvia. Curva Hoge Heide, 238km/h. El #99 pisa la línea blanca del piano pierde el control de la moto, sale despedido y se fractura la clavícula izquierda. En un primer momento parece que se ha dañado la muñeca izquierda, pero lo que realmente sucedía era que se estaba sujetando el brazo para disminuir la tensión sobre la clavícula. Ambulancia. Clínica móvil. Hospital de Assen. TAC craneal para valorar el momento oportuno de viajar a Barcelona, operar, recuperar y llegar en 15 días a la carrera de Alemania y sin semana de por medio a Laguna Seca. En clave Campeonato del Mundo: cero en el casillero de Assen y dos carreras seguidas sin estar al 100 por 100.

En las motos todo cambia en una fracción de segundo.

Márquez, con el mejor crono de la sesión en lluvia dice: a mí me viene mal que no esté Jorge porque necesito pilotos rápidos delante de mí que me vayan mostrando el límite. Un cero en el casillero pesa. Yo tengo uno, pero no tengomla presión por ganar el título, arriesgaré como siempre.

Valentino, segundo mejor tiempo en mojado: una lesión de clavícula no es grave, Jorge va a estar listo para Sachsenring. Ahora tengo cierta presión porque seré el único piloto oficial de Yamaha y debo quedar delante de las Honda, pero que no esté Jorge no cambia mis planes, llego a esta carrera ansioso por saber si funcionarán las mejoras que traigo en la moto. Lo cierto es que en mojado nos igualamos con las Honda

Cuando le preguntan a qué velocidad pudo haberse caído Jorge, dice: creo que en mojado ahí vamos abriendo gas y pasamos rápido a doscientos cua... Entonces interviene un miembro del equipo Yamaha y dice: 238 km/h. Se ha caído a 238 km/h.  Valentino remata: no es una buena velocidad para caerse...

Dani Pedrosa, el líder del Mundial, tiene el gesto muy serio e incide en una circunstancia: ahora Jorge está sintiendo mucho dolor y lo va a pasar mal los próximos días. Sí, duele! Le dice cortante al periodista holandés que le entrevista. Para mí la carrera no cambia. Siempre piloto dando lo mejor que tengo.


Se queda más pesado si cabe el ambiente en Holanda. El cielo sigue descargando agua con esa cadencia lenta que te va diciendo que va para largo. Cielo plomizo, un piloto en el hospital. Siguen los trabajos en los boxes. Continúan los ajustes en las motos. Mañana, sesión clasificatoria. El paddock convive con esto. Trabajo, velocidad y límites. Jorge había marcado el mejor crono en la primera sesión, en seco. Apretaba para hacerlo también con agua sobre la pista... La moto no tragó con esa línea blanca a 238km/h.

foto @motogp en instagram










NOTA: Yamaha rectificó posteriormente la velocidad de la caída. Dijo que fue a 224km/h

lunes, 17 de junio de 2013

Nubes Yamaha

De repente, a las 9 y media de la mañana se metieron unas nubes en el Circuito de Catalunya. Calor y nubes. Dennis Noyes dijo: estas son las nubes Yamaha. Nubes que admiten el calor pero bajan unos grados la temperatura del asfalto, justo lo que necesitan las máquinas del #99 y el #46. Son matices, detalles, la cirugía mental microscópica del Mundial de MotoGP. Tantísima tecnología de vanguardia, tantísimos ingenieros aplicando su talento a los materiales y su relación con la electrónica, los ejes, los balances de pesos, la geometría... y el piloto pide nubes.

Son cosas. El Mundial de MotoGP es un estallido de 45 minutos a las dos de la tarde del Domingo que requiere luego una digestión lenta y meticulosa para asimilar todo lo que ha ido ocurriendo a 320 km la hora.

Por ejemplo: finalmente sin nubes Yamaha en carrera... Lorenzo suelta el embrague en la salida, nota que no ha estado en el milímetro que ha querido, pero a su izquierda Crutchlow se queda, el #99 roba la línea al #35 y mete un hachazo tremendo a Dani. Luego, carrerón de pilotaje, carrerón de motaza. Ramón Forcada, el ingeniero que camina por el paddock con el gesto gruñón y desconfiado, escondido tras sus gafas, dice que es imposible definir qué moto es mejor, porque la máquina está hecha para el piloto y los pilotos no son mejores ni peores, son diferentes. Entonces tenemos ecuaciones llenas de datos extraños imposibles de comparar. Lorenzo ganó en una exhibición de perfección cercana al hielo. Subió al podio a la chica con Síndrome de Down que le había diseñado el casco, Anna Vives. Y protagonizó una ceremonia llena de ternura en lo alto del cajón más alto.

Más: de quién aprende Marc? Tantas vueltas detrás de Dani, tantos virajes ofreciendo la misma fotografía: #26 seguido de #93; #93 sigue a #26. Cada carrera el cuento de la rana y el escorpión. Marc le sigue pero todo el mundo sabe que se la va a liar. La idea del novato aprendiendo del jefe es casi una imagen bondadosa... que en cualquier curva deviene en el aguijón del escorpión. En media fracción de segundo el #93 está delante del #26 y la foto ha cambiado. Entoces la secuencia sería: hola! (sonrisa), soy el nuevo (sonrisa), que nada, que voy a ver si algún día soy como vosotros (mirada abajo), motor, acción, aprendizaje, hachazo, hola!, esto eran carreras, no? (sonrisa). En Catalunya, preparando el ataque, salvó una caída con una destreza infinita, pero se quedó sin los metro necesario para meterle la moto al #26 en la última curva, como en 2009 había hecho Rossi con Lorenzo, ese vídeo que el niño había repasado en el motorhome.

Es Lunes. Suzuki prueba su prototipo para el Mundial de 2015.

Y también: Javier del Amor se pregunta dónde se guarda uno un punto del Mundial, el que consiguió con la moto de Aoyama (caída, lesión, hospital, operación, una falange menos). El técnico del japonés (Tom Jojic) desveló en twitter que mientras le explicaba cómo usar el embrague y los frenos de carbono veía cómo se le abrían los ojos y notaba el miedo en el piloto. Y en el Go&Fun se preguntan dónde van todas las horas de trabajo exhaustivo e intenso de cuatro días cuando el piloto se cae en la primera vuelta dos carreras consecutivas. Son las cosas de las carreras; sí. Puedes estar bien jodido. Push. En inglés se dice push. Empujar, seguir, darle, más. Hasta la siguiente carrera. Es Lunes.




domingo, 9 de junio de 2013

Entre peces pequeñitos

Pete Bodo, un cronista americano, comienza hoy su relato de la final diciendo que Rafa, pescador como es, sabe que hay que poner la misma destreza en pescar un pez pequeño que uno grande, y que esa certeza era justamente la que le daba pocas posibilidades hoy a Ferrer. 6-3, 6-2, 6-3.

Al otro lado de la pantalla el partido se vio fácil. Abajo no, abajo, en la pista, la velocidad es diferente, y el aire tiene esa densidad oculta a la televisión... pero la final de hoy no levantó a la gente de los asientos, no provocó ovaciones, no dejó gestos de incredulidad en los espectadores, no arrancó un salto del ganador hacia su box. Hubo detalles de felicidad íntima: el gesto final de Toni Nadal viendo el útimo punto, las lágrimas contenidas de Nadal en el himno... Pero sobre todo y en esencia, la final de hoy consistió "sólo" en ver ganar el octavo Roland Garros a este chico que se llama Rafa Nadal. 27 años; sin la melena de los 19; la camiseta con mangas desde que se convirtió en #1 del mundo. Ocho RG. Ocho. Ocho!, le repetía John McEnroe en la entrevista post partido.

A su oponente, en el mejor de los casos, Nadal le deja el tenis pero le roba el aire. Desde hace tiempo sólo hay un tipo que en deuda de oxígeno puede ganarle en tierra batida: Novak Djokovic. El año pasado lo intentó durante dos días y no pudo. Y este año protagonizó una semifinal épica de desconexiones brutales mezcladas con tenis excelso y violento; pero se llevó Rafa el partido de nuevo. El dominio absoluto del tenis en la Philippe Chatrier es Rafa Nadal: hoy saltaron miembros de seguridad a pista ante las protestas de de activistas, bengalas incluidas. Rafa le tendió la mano a uno a modo de "gracias por todo, podéis iros si queréis". Hubo lluvia y en uno de los descansos del tercer set, cuando arreció, Ferrer se puso la chaqueta del chandal en la silla; lo vio Rafa y saltó rápido a la pista para que no hubiese dudas sobre su opinión al respecto: aquí se juega. Cada detalle perturbador lo sacó del medio rápido. Al final, cuando recogió su octava Copa de los Mosqueteros, los colores del pantalón y la chaqueta del chándal le hacían la bandera de Francia a Rafa. La cuenta de Twitter del torneo subió, después de la victoria, esta foto con los recogepelotas. Como quien nada entre peces pequeñitos... Congrats! #unst8ppable.

sábado, 8 de junio de 2013

Madrid. 18 horas. Antesala.

La felicidad está en la antesala de la felicidad y mañana tenemos una final de Roland Garros con Rafa Nadal vs David Ferrer.

La primera cuestión sería abandonar la etiqueta de final española. A Rafa lo veo como una bestia planetaria que ya excede y supera la pregunta del origen. Es un icono, algo sublimado: de estado sólido a gaseoso sin pasar por líquido. Es una de esas leyes de la física extraordinarias. Pero si jugamos a la arcilla de Manacor vs la arcilla de Jávea, pues también vale. Da igual.

Ahora tenemos la noche por delante. El año pasado Nadal dijo que se durmió viendo dibujos animados, Bola de Dragón, creo que dijo, y que hasta 10 minutos antes de saltar a la pista en la reanudación de la final el lunes no tenía claro cómo ganar a Djokovic. No sabía cómo afrontar ese segundo día con el parcial de 8-0 en contra que le había metido Nole bajo la lluvia = bola pesada. Pero salió y a la una de la tarde se quitaron las nubes y con el sol en todo lo alto ganó el Séptimo. Entonces yo me lo imagino mañana, en la bocana del túnel de la Phillippe Chatrier, después de sumar el destrozo que le hizo a Djokovic el viernes en la semi... y no se me ocurre una situación adversa que pueda con la cabeza de Rafa. Nada. No se me ocurre nada. Qué barrera, qué muro, qué trampa, qué fosa se le puede poner delante a Rafa más alta, más escondida, más profunda... que todas las que ya ha superado... Así que ahí está el tema con este chico. En París maneja el hashtag #unst8ppable.

En la noche de David Ferrer, en esas horas de sueño, habrá un mantra velando al tenista: disfrutar y buscar situaciones de victoria; jugar un tenis a la altura de una final de Roland Garros. Leo las claves que maneja su entrenador Javier Piles: jugar el partido como si fuera uno más para evitar los bloqueos, el miedo, el brazo encogido. Leo a Piles pidiendo que se le pregunte a los tenistas si la derecha de David acaso no está entre las cinco mejores del mundo. Leo y leo, pero tiene que ser jodido enfrentar a Nadal. Verle saltar delante en ese estadio parisino cuando se sortea el saque. Y respirar ese mismo aire. En el mejor de los casos te va a dejar tu tenis pero te va a robar el aire. Y ahí hay un problema gordo.

Para nosotros el timing será diferente. Disfrutaremos la antesala de otro modo. Es sábado: cenaremos, dormiremos, leeremos cosas el domingo por la mañana, comeremos un poquito antes de lo normal y a las tres de la tarde buscaremos la señal del tenis en la tele. Entonces, cuando comiencen a jugar ya tendremos la realidad delante, el presente: La Final.


viernes, 7 de junio de 2013

#unst8ppable

Lo primero que hay que decir es que estuvo siete meses con actividad cero, que retrasó su vuelta a la competición y que buscó la temporada de tierra como la única posibilidad de volver con algo a favor. La tierra batida. El polvo de ladrillo. La arcilla. Y la gran duda entonces era: cómo estará para Roland Garros el tipo que lo ganó 7 veces?

Hoy acaba de ganar su semifinal ante Djokovic pasadas la 4 horas y media de juego (4h37m). Casi cinco horas ante un rival al que se enfrentaba por trigesimoquinta vez, igualando las 35 de Connors vs McEnroe y Connors vs Lendl. Más números y números para la historia de este deporte. No fue el Nadal Djokovic de la final de Australia porque creo que Nole está harto de Rafa. Está harto de que el espejo acabe siendo mejor que él. Está harto de saber que sus 7 finales ganadas en 2011 a Rafa van a ser un asterisco en sus enfrentamientos. Nole se fue en el tercer set. Evitó un 6-0 en el último suspiro y esperaremos explicaciones para ver si fue un bajón físico, psíquico o qué demonis pasó ahí. Sin embargo la otra constante de estos encuentros se mantuvo: Rafa está. Rafa siempre está. Esa es su máxima. Estar. En esas cuatro horas y media largas marcó el mínimo común múltiplo de nivel de juego y Djokovic fue posicionándose alrededor de ese baremo. Por debajo, Nadal dominaba fácil. Por encima, temblaba la tierra. Se escuchaban esos garrotazos secos de Nole, de arriba hacia abajo, como misiles. Sin embargo el gesto del serbio siempre ha sido gris. No tenía esa sonrisa burlona, ese humor, esa diversión implícita en un tío con tantísimo talento, número uno del mundo. Es difícil sonreir y bailar delante de una roca, de un muro como Nadal.

Ha habido intercambios duros y memorables, ha habido dejadas deliciosas, carreras buscando la vida, ha habido lo que siempre ofrece Rafa, la intención de jugar una bola más, un golpe más, estar para sobrevivir y golpear para ganar.

Ver jugar a Rafa es una maravilla. El año pasado, al ganar por séptima vez el toreno después de todos los palos que Nole le pegó, subió hasta su box y se echó a llorar en brazos de su tío, su padre, su manager... Hoy le estalló la sonrisa más grande que jamás se le vió. Welcome back, Rafa. Gracias por tantas horas de esfuerzo y competición. #Unst8ppable.

domingo, 2 de junio de 2013

#Mugello

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Desmontan en el circuito. En el hospitality de Stefan Bradl celebran el cuarto puesto del piloto con música y champagne. Celebra la televisión alemana también en su cabina. Celebran los ingleses el podio del #35. En la sala de prensa le dijeron si podía mandar un saludo a la afición italiana ya que no había subido ningún piloto local al podio. Dijo: ciao!

El centro de la mesa era para Jorge Lorenzo ganador por tercera vez consecutiva; a su derecha Dani Pedrosa. Como veníamos de la reunión de pilotos en Le Mans tras el adelantamiento en la última curva de Jerez de Márquez a Lorenzo...  un periodista le dijo al #26: te ha parecido agresivo el adelantamiento de Jorge? Respuesta: “sí, me ha parecido agresivo; he llegado primero, he abierto el ángulo y he dejado hueco, esperaba que Jorge se metiera pero no aparecía así que decidí cerrar y cuando estaba virando vi la rueda de Jorge, entonces levanté la moto pero él, en vez de seguir con el viraje, de alguna manera siguió recto y tuve que hacer un esfuerzo por mantenerme en la moto; sí ha sido agresivo.” Jorge, que escuchó atentamente la respuesta no hizo ningún gesto especial, ni de aprobación ni de negación. Pero luego, en el turno de atención a la prensa, pidió disculpas a Dani por la acción.

Dos curvas después , aún en la primera vuelta, Bautista y Rossi se tocaron y los dos quedaron fuera de carrera. Hablaron con dirección de carrera, que investigó la acción y se determinó que no hubo culpable. Sólo fue un lance de carrera. Pero Mugello quedó mudo, algunos abandonaron las gradas... y otros esperaron al final, a que todo hubiese acabado, al podio de Jorge, Dani y Crutchlow. Y en medio de la pista empezaron a cantar fatti vedere, Vale! Cientos de personas en la pista. Hasta que se produjo ese encuentro maradoniano del #46 y la afición italiana, que estalló al verle ahí saludando desde lo alto.

Luego está la imagen de Márquez, el chaval que el viernes, para volver a nacer se tiró de la moto a 280kmh. Se cayó en carrera. Una caída más este fin de semana, tal vez la más dolorosa porque quedaban tres vueltas para el final y rodaba segundo. Iba directo al podio. Había seguido la rueda de Dani toda la carrera ("siempre me sigue", confesaba el #26 con una sonrisa y pausa valorativa). Y a falta de 3 vueltas estaba golpeando la grava con los puños cerrados. Rabia. Impotencia. Escribió en Twitter que quería habérselo dedicado al equipo. 

márquez entrena el viernes antes de la caída

ciao toscana

yamahas en el maletero

sábado, 1 de junio de 2013

Motos. Vida.

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Estuve hablando con Mirco Lazzari, un fotógrafo de una sensibilidad extraordinaria, especial, con el arrojo y la posibilidad de fotografiar como él quiere lo que él quiere. Está en el Mundial de MotoGP llegado desde la F1. Me dijo: fotografiar motos es fotografiar la vida, porque está todo: la máquina, el piloto, la velocidad, el circuito enclavado en un entorno especial.
El accidente de Marc Márquez no tenía foto posible. Quedó registrado en el video de una cámara de seguridad del circuito, grabado en el disco duro que se revisa para buscar una última respuesta. Un descontrol a 340kmh, la moto a la hierba, la moto hacia el muro y una maniobra desesperada, a 280kmh, consistente en tirarse al suelo para evitar un impacto fatal. Le pregunté a Márquez cómo hace uno para tirarse de la moto en esa circunstancia; sonrió y me dijo: no lo sé.

Márquez viernes: caída, hospital, micro fractura en el hombro, mandíbula inflamada, noche; Márquez sábado: clínica móvil, moto, mono, casco. Sale a rodar y marca 342kmh en el punto del descontrol. Entra de nuevo en el box y está en rutina de trabajo, habla con los ingenieros, gesticula sobre las sensaciones de la moto, vuelve a salir, recto, hierba, grava, nueva caída. A las tres de la tarde, tras dos rondas de clasificación (después de seguir al #46, al de los posters en su habitación) su nombre tiene en el ordenador el sexto mejor tiempo: segunda línea de salida. Su equipo le recibe con un aplausos en el box. Admiración.

La primera línea de salida.

Dani Pedrosa, líder del Mundial, hace la pole después de negar tres veces. Tres veces con pilotos esperando para seguir su rueda. No es que le siguiese uno, es que le esperaban en grupo. Así que tres veces cortó el gas. De nuevo un “tú/vosotros detrás de mi, no; de mi no te vas/os váis a aprovechar; no” Pero se le agota el tiempo y no puede elegir. Arrea y marca el mejor crono (nuevo record de circuito), quitándoselo a Jorge Lorenzo.

El #99. Ha pilotado más perfecto que yo, dice en la sala de prensa; pero yo estoy mejor que en Qatar (donde ganó en una exhibición solitaria). Si hay nubes, mejor para nosotros, no sabemos por qué pero las Yamaha van mejor que las Honda con el asfalto frío. Bueno, hay una teoría, como inclinamos más tiempo que ellos en el paso por curva, desgastamos más el neumático si la pista está en temperatura alta.

Andrea Dovizioso. El #04. Este era uno de los que esperaba a Pedrosa. Ya se lo dijo en privado tras la clasificación y lo aclaró en público, ante la prensa: necesitaba una rueda rápida para estar delante, no le hago mal a nadie, Dani es inteligente y lo va a comprender. Mi cuello? Bien, mejor que ayer. Ayer casi no podía girarlo y no podía adoptar la posición correcta en la moto. Hoy el médico y el físio me han ayudado a estar en condiciones de pilotar mejor.

Mañana domingo, metido entre las colinas verdes de la Toscana, serpenteando con subidas y bajadas de gran desnivel, espera el circuito de Mugello. Italia. Motos. Vida. Rossi sale séptimo.