domingo, 20 de marzo de 2022

La danza de parar la lluvia

Márquez se pega un palo tremendo en el warm up. Un high side violentísimo a 157kmh. Hospital. Vuelta. Todo ok pero no le dejan salir. Unfit to ride.

A media hora de la carrera llueve torrencialmente y se retrasa la salida. Antes, ya se había acortado la duración (de 27 a 20v) por problemas en el asfalto. Básicamente las piedras se desprenden de la pista. "Acosta me ha dicho que ha acabado con el cuello destrozado por las piedras que le saltaban" dice Aleix Espargaró.

Es una carrera para detalles, para escuchar a los pilotos. Zarco: "Necesitaba más tiempo para entender este grip. El mérito de Oliveira y Miller es que supieron ir rápido desde la primera vuelta; no necesitaron aprender sobre la marcha. Yo perdí mucho tiempo en adelantar a Miller, no veía claro dónde frenar." Hizo tercero, metió presión en la olla, en el grupo de cabeza, con Oliveira destacado. Corren con la pista encharcada. La danza para parar la lluvia hizo efecto. El cuenco de la chica funcionó. Las motos llegan con piedras de asfalto adheridas a los neumáticos. 

Gana Oliveira, que salió séptimo pero lo tuvo clarísimo en su cabeza. Una seguridad atronadora. El portugués en agua.  

Fabio Quartararo, que se partía de risa con la gente bailando mientras esperaban a que arreciase la lluvia, consigue su primer podio en mojado. Salió desde la pole, desapareció y llegó como un cuchillo en el último tercio de carrera. Ley Quartaro con adelantamientos claros a Zarco y Miller para acabar segundo. Marcó vuelta rápida a 3v del final. Sacó el orgullo y la casta de campeón. Defiende título. Salió deprimido de Qatar y recuperó las risas en la lluvia indonesia. Yamaha guardará el vídeo de Fabio adelantando a dos Ducati.

Mientras, en Italia seguirán preguntándose qué han hecho para que en dos carreras las oficiales se hayan quedado fuera del podio (hoy lo perdió Miller, que no pudo aguantar la segunda posición) y hayan subido Bastianini en Qatar y Zarco en Indonesia. El casino ducatista.

Los chicos de azul, a los que hay que estar siempre atentos quedan quinto y sexto, con Rins de más a menos y Mir de menos hasta donde puede.

Por detrás, un grupo de siete unidades se jugó la octava plaza. Daba cierta angustia ver a esos bisontes llegar a la frenada de la uno con líneas tan diferentes intentando perder velocidad sobre los charcos. En ese estado de cosas Aleix manejó como pudo. Acabó detrás de Binder, que a una vuelta del final le había metido la moto en la yugular a su hermano regalando una secuencia impactante: la mirada del pequeño alucinando dónde estaba la rueda de su hermano mayor.

Otro acelerón de corazón en MotoGP, corriendo al límite, salvando el Gran Premio sobre la campana, con el icono del campeonato fuera por precaución y el Campeón del Mundo sacando casta y pilotaje. 

 

Quartararo en Indonesia. Foto: Yamaha Press





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