domingo, 27 de octubre de 2013

Dos

Estamos hechos de mitades y básicamente todo funciona por fuerza de contrarios. El equilibrio, la estética, el movimiento. Las máquinas. Visité el museo de Honda en Motegi. Una parte para las motos, las de competición y las de calle; otra parte para los coches, los de competición y los de calle; los chavalitos de los colegios pasaban rápido entre las máquinas y se iban a ver a ASIMO. Le dije a Dennis Noyes que el claim de Honda cuando decidió entrar en la competición era: HONDA enters, HONDA wins. Y me contestó que la respuesta de Harley en América fue: HONDA enters, HONDA looses, HONDA quits.

Así que hay para todos. Jorge Lorenzo (Yamaha) salió desde la pole en Motegi y lideró la carrera de principio a fin. Montó un neumático trasero que nadie llevaba, un extra blando, para asegurar el agarre en el comienzo de carrera, para poder ir al límite desde el principio y meter distancia con el resto, como un cohete que trata de romper la barrera del sonido para salir de la atmósfera. Ocurrieron dos cosas no previstas: contrariamente a lo que se esperaba, no fue capaz de escaparse; y para asombro de los expertos el neumático aguantó toda la carrera, no le dejó tirado. Así que ganó liderando de principio a fin, con el aliento de Marc Márquez en el cogote hasta que quedaron seis vueltas.

La recta más larga de Motegi se hace casi toda en bajada. MotoGP supera de sobra los 300km/h ahí. Y justo cuando pasa esa barrera hay que frenar fuerte para meter la moto en un ángulo de 90 grados a la derecha. Ahí Valentino Rossi se fue largo dos veces. Ahí se quedó sin frenos Aleix Espargaró y tuvo una caída durísima. Ahí, cada vez que llegaba Jorge con Marc detrás se veía el esfuerzo del novato por controlar la moto, cómo le cimbreaba, cómo sujetaba la rueda de atrás. En cada cada circuito Marc dispone de cuatro sesiones de entrenamiento para aprenderlo con esta máquina de 160 kg, 1000cc y 250cv. Esta vez sólo tuvo una; sólo 45 minutos para rodar en seco, y se cayó. Lo siguiente fue la carrera y delante de él, marcando el ritmo en la pista estaba el vigente campeón, defendiendo el título, pilotando finísimo, sin un solo error (él dice que uno en la curva 2). Llevaba a Marc en el cogote, una vuelta tras otra. Era una especie de "¿estás ahí?, pues venga, trata de seguirme una vuelta más; ¿sigues ahí?; otra; y otra; y otra; ¿sigues ahí?; otra." Y así hasta que quedaron 6 vueltas. Entonces el novato dijo: "vale, ya la cagamos nos equivocamos la semana pasada con la pizarra/vuelta10noesvuelta11/descalificación/ceropuntos; hoy no; hoy me quedo aquí, sumo 20 y siendo cuarto salgo Campeón del Mundo en Valencia."

Y aquí estamos, haciendo las maletas para coger el penúltimo avión de la temporada en Tokio. Valencia es en 15 días. Marc en sala de prensa: "Yo ya no digo nada, pero ¡espero que tengamos un fin de semana normal!" (risas). El triplete de Asía y Oceanía se ha saldado así:

Malasia, sanción por agresividad reiterada en las carreras. Luego el domingo se adelantó hasta 7 veces con Jorge Lorenzo (dos toques incluidos) para acabar segundo.

Australia, carrera a 19 vueltas porque los neumáticos no aguantaban el asfalto nuevo de Phillip Island, descalificación por entrar una vuelta tarde a cambiar de moto.

Japón, tifón atravesando el país, viernes suspendido por niebla, terremoto por la noche, clasificación en agua el sábado y carrera en seco el domingo. Acabó segundo.

Respiremos. Dani ya no tiene opción al título. Quedan dos. Veterano vs Novato. Campeón vs Rompe-records. Yamaha vs Honda. Finura vs Derrapes. Talento-cincelado vs Talento-salvaje. Estamos hechos de mitades y básicamente todo funciona por la fuerza de contrarios.

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