sábado, 14 de mayo de 2016

Quiénes sois vosotros?

No sabía que iban a homenajear hoy a Arsenio Iglesias en Riazor. 85 años. Ganó una Copa del Rey dirigiendo al Depor. Se quedó a un gol de ser Campeón de Liga con el Super Depor. "Hasta fuimos a fallar un penalty cuando no quedaba tiempo ni para respirar. Lo siento por toda la gente mayor y los niños que yo veía los lunes, los martes... y que tenían tanta ilusión y yo pensaba que les podíamos desilusionar porque esto ya me pasó otras veces en la vida. Qué le vamos a hacer. hasta la próxima y que Dios reparta suerte." Así acabó la rueda de prensa aquel 14 de Mayo del 94 (joder, ya han pasado 22 años?).

Era un entrenador abuelo en aquel Super Depor. Siempre trataba de reconfortar el espíritu en las derrotas y no aparecía demasiado en las victorias. Cabreaba bastante al personal con su línea de cinco defensas y sus cambios "conservadores". En la vida sólo se pueden hacer tres cosas: crear, destruir o conservar. Y Arsenio estaba claramente posicionado en la tercera. Que no me quiten lo que tengo; que no me den lo que no necesito. En su momento de ruptura con Lendoiro, el presidente, circuló el bulo de que éste le había ofrecido el fichaje de Laudrup y que le contestó algo así como: ya tengo a Fran (que era su 10, el chaval de la cantera, el chico atemorizado de salir de Coruña para fichar por un grande). Se lo pregunté una vez y me dijo que era mentira. Quién sabe. Es posible que no lo quisiera, igual que no quiso el apodo de Super Depor para su equipo. No recuerdo si fue un descanso o el final de un partido, pero sabía que una hilera de ventanitas a ras de suelo en Riazor daban directas al pasillo del vestuario y ahí pusimos un micro. El grito de Arsenio entró a cañón: "Tanto super y tanta hostia!" La habían pifiado.

Le dio el fútbol a los futbolistas. En los entrenamientos les machacaba la posición en defensa. Colocaba al equipo y decía: "yo soy el balón!... voy por aquí!! (se iba a una banda)... qué hacemos!? vamos, vamos!!" Ejercicios para bascular en bloque, para no deshacerse. Los aburría a todos... Pero luego confesaba: "soy un afortunado porque las cosas que le digo a Aldana, a Fran, a Mauro, a Bebeto... las interpretan a la primera e incluso las mejoran! Es muy fácil el fútbol con ellos."

Siempre saludaba amable, pero a la primera pregunta rasgaba los ojos; ya estaba colocado en defensa.  Creo que su paso por el vestuario del Real Madrid le dejó un poso bien amargo. Fue un poco Al Pacino en Un Domingo Cualquiera, con la diferencia de que en la película al mister lo escuchaban.







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