Cuando Ley Quaratararo miró atrás vió la KTM de Pol Espargaró ya pegada a él. Le acababa de adelantar Brad Binder y el lider del Mundial, a 13 vueltas para el final, estaba entre dos motos naranjas lejos de cabeza de carrera, luchando contra enemigos desconocidos y contra la falta de velocidad y agarre de su Yamaha. Acabó séptimo.
Ganó un rookie, Brad Binder, sudafricano; primera victoria en la historia de KTM en la categoría reina. El mismo que en 2016 realizó la mayor remontada de la historia (35-1), toda la parrilla de Moto3, para llevarse la carrera de Jerez aquel año. En el box de KTM, sin embargo, había un piloto mordiendo las paredes: Pol Espargaró. Rodaba en podio, se fue largo en una curva y perdió varias posiciones. Intentó recuperar rápido. Se topó con Zarco en la lucha por la posición y se fue al suelo. Un toque tras el que Dirección de Carrera penalizó al francés con una vuelta larga. Zarco la hizo prácticamente derrapando sobre la línea blanca, en la zona sucia, con una precisión tremenda, de modo que no perdió posición. Acabó tercero, con Pol en la caseta, viendo cómo Binder daba la primera victoria a KTM. El incidente, como es de esperar, se ve de dos maneras. Para los medios internacionales Zarco hace bien la maniobra (Pol se va largo y cuando vuelve ya está el francés en la trazada); para la mayoría de medios españoles Pol está siempre por delante de Zarco y por tanto el francés debía haber cortado para evitar el toque. Ante la prensa, Zarco lo zanjó así: "Estamos corriendo en moto, no bailando".
El podio fue la foto de cómo está MotoGP una vez que Marc no precipitará su vuelta por lesión. Gana el rookie de KTM, segundo Morbidelli (la cuarta Yamaha) y tercero Zarco con una Ducati satélite. Es decir: avispero revuelto.
Fotos cortesía de @MotoGP y KTMpress
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